Con mucho cariño quiero enviar este testimonio en modo de agradecimiento al Dr. Sergio Pizarro y a Yessica, nuestra guía y matrona.
El parto de nuestro segundo hijo Teo fue mágico y sanador, si bien ya habíamos tenido una muy buena experiencia en el nacimiento de nuestro primer hijo con un parto normal con el Dr. Pizarro, este segundo parto me dejó una sensación mucho más especial.
En la semana 39 de embarazo, con todo listo en casa solo me di momentos para mi esos últimos días y bueno, un jueves por la tarde me fui a la peluquería y en ese lugar empezaron las contracciones, no lo quería creer porque la matrona que nos iba a acompañar no estaba en la región, hable con Yessica , la esposa del Dr. y con toda su disposición me dijo: por supuesto que yo te acompaño !!!
Salí de la peluquería bastante confundida porque sabía que era el día, y no me sentía capaz de llegar sola a mi casa. Me fui como pude a la casa de mi papá que quedaba más cerca y de ahí llamé a mi esposo quien llegó rápidamente a acompañarme y nos vinimos a nuestra casa.
Acá en casa, llame a la Doula que me acompañó también durante el embarazo y quedó de llegar pronto, estuve moviéndome harto en casa, muy conectada con mi hijo, en silencio, con aromaterapia sola moviéndose y cambiando de posición entre la pelota de pilates, la cama, caminando, respirando, siempre respirando. Los dolores se hacían muy intensos y no quería que mi esposo se alarmara por eso prefería estar sola en la habitación.
El día ya había llegado, le pedí ayuda para darme una ducha, en ese momento llegó la Doula y fue un gran alivio porque me sentí protegida, ella iba a saber en qué momento irnos a la clínica, me arropó porque comencé a sentir mucho frío, me preparó un té delicioso y me fue guiando con otros movimientos para ir recibiendo el dolor que a esas alturas, ya no me daba mucha tregua.
Me hizo masajes en la espalda y ya sentía a mi bebe cada vez más cerca. Decidí irnos a la clínica porque teníamos media hora aproximadamente de distancia.
En el viaje ya me dolía todo, hasta el pelo, literalmente, pero no era un dolor más grande que el que sentí mientras estaba en la peluquería sino que era un dolor más constante, sabía que mi hijo venía, ese era mi pensamiento, nada más.
Llegamos a la clínica, me llevaron en silla inmediatamente a examinarme por la matrona de turno y sorpresa, dilatación completa!!! no me la creía, me puse entre feliz y nerviosa porque no sabia lo q venia, me pregunto va a querer anestesia???y yo le dije siiiii mucha por favor y me dijo pero…. su bebe ya va a salir, no se ponga nada, ya ha aguantado tanto!! y yo la mire y le dije usted cree??? y me dijo si, usted va a poder. Mire a mi esposo, el me hizo una expresión de vamos vamos!! y le dije ya , así no mas pero rápido por favor que me duele todo.
Me llevaron a la sala de parto, llego el Dr. Pizarro con Yessica y nuevamente me sentí sola con mi bebe, mi esposo después me conto que Yessica puso música, tapó todos los monitores, apagó la luz y yo me desconecte del mundo.
Todo esto hizo que yo me sintiera plenamente cómoda, mentalizada en que el dolor ya pasaría, Yessica me guió en algunas posiciones para que me sintiera mas cómoda y después de 30 minutos ya pude tocar la cabecita de mi Teo, vamos hijo vamos hijo le dije y ya estaba enterito con nosotros calientito, resbaloso mirándome fijamente.
Hola Teo , hola hijito, soy tu mamá, soy tu mamá, solo podía decir eso y sentir una felicidad que me brotaba del alma.
Esperamos para q mi esposo cortara el cordón, lo abracé muchísimo, se lo llevaron un ratito, luego a mi me pasaron a la recuperación y después directamente a la habitación día y noche, no se lo llevaron más, y de ese día ya van 3 meses de felicidad. Yo no iba preparada para un parto natural, solo me preparé para un parto normal, donde lo único que me importaba era que mi hijo naciera en perfectas condiciones y así, sin miedos, con mucha decisión recibí la forma de nacer de Teo, que es un niño muy sano, muy tranquilo e infinitamente feliz.